LA CRÓNICA DE LA SEMANA (J. 29)

 

Nuestro Betis, su Madrid

 

 

Bienvenida se merecía una despedida así. La generosa victoria de ayer es el corolario perfecto para una afición que se necesita alegrías como la del domingo y para un equipo que de sobra ha demostrado su valía.

Para empezar con las anécdotas, la nueva marquesina (aunque no terminada aún) tuvo el mejor estreno posible. Primero con unas gradas abarrotadas y segundo con un partido vibrante. Lo de las gradas se lo debemos en parte (el 50% al menos) a la afición del Berlanga, que vino muy entusiasmada y excesivamente confiada en asistir a la victoria de su equipo que le permitiera meterse en la liguilla de ascenso. Más allá de rifi-rafes lógicos entre aficiones, lo cierto es que el contraste alegró el partido y transmitió intensidad al césped, o al albero, o a como quiera que se llame la tierra de nuestro bendito estadio.

Con estos extraños mimbres, lo cierto es que el partido no tuvo una crónica, sino muchas crónicas en una. La primera parte, por ejemplo, transcurrió marcada por el fuerte vendaval que ayudó al Berlanga a encerrar a la UDB en su portería, aunque con más ganas que acierto y peligro. Sólo a los 20 minutos, tras desbarajuste defensivo, se adelantó el equipo rival (0-1) para delirio de (la mitad de) las gradas.

El segundo tiempo, evidentemente, fue otra historia. Con el Dios Eolo (el viento, vamos) soplando esta vez a favor, la Unión salió enrabietada y dispuesta a otra insumisión más contra los fuertes de la categoría. El golazo de Ligero, que enlazamos en la web, fue la ventana que dejó entrar otro vendaval, esta vez de fútbol eléctrico y efectivo, y que llevo la firma de la UDB. Antonio Quini por partida doble, Mora de zapatazo cruzado y Cañero tras jugada embarullada asestaron en apenas 20 minutos una goleada de las que, por inesperada, duelen de verdad.

Así que el 5-1 final nos recordó dulcemente a otros bonitos capítulos que se escribieron con el mismo guión. Entre ellos, cabe recordar la última victoria a domicilio ante el Frexnense. Antes del encuentro muchos aficionados y cada uno de los jugadores de la UDB llevaba en su mente las desafortunadas palabras del entrenador rival. Y después de la derrota por 1-2, el tal Julián Morales, que así se llama el técnico frexnense, volvió al atajo fácil, el que evita cualquier responsabilidad desviando la atención al rival.

La colección de boutades merece análisis individualizado, pero en conjunto lucen aún peor, así que veamos:

- "El árbitro no es que te perjudique, pero es que ha sido muy malo".

- "El Frexnense es muy superior al Bienvenida y sólo está por debajo del Olivenza, con lo que, evidentemente, somos superiores al Bienvenida como el Madrid es superior al Gijón. Y eso nada tiene que ver con que hoy nos hayan ganado porque sobre números, sobre afición, instalaciones y cuarenta mil cosas el Frexnense es muy superior al Bienvenida".

- "La idea que se tiene aquí, desde el principio, es jugar en diagonales, de un lado a otro, porque los defensas de los otros equipos no son grandes defensas".

- "Además, también tenemos muchos fallos puntuales, como a la hora de hacer el fuera de juego, que nosotros no debemos hacer, porque eso aquí no se entrena"

Dejando al margen los árbitros malos pero no perjudiciales, el novedoso juego por diagonales y la interesante aportación táctica de no entrenar el fuera de juego, simplemente habría que acotar ligeramente la comparación. Más que el Sporting, la Unión es como el Betis. No sólo por la estampa verdiblanca, o por la afición envidiable, sino por motivos futbolísticos y humanos.

En lo que al balón se refiere, el Betis ha jugado sus mejores partidos frente a Madrid y Barça, y a pesar de su clasificación le ha ganado al Osasuna, al Athletic, al Málaga, al Valencia y al Atlético. De la misma manera, la Unión ha desplegado su mejor fútbol contra el Olivenza (3-2), el Higuera de Vargas (1-0), el Real Higuera (3-1), el Calzadilla (0-0) y, casualidades de la vida, el Frexnense (1-0 y 1-2).

En el aspecto humano, no voy a avasallar con ejemplos, porque bastaran apenas algunos. Por ejemplo, que ningún jugador cobra un euro por entrenar y jugar cada semana; que además del fútbol, tienen que ganarse la vida como estudiantes, mecánicos o pastores; que además de eso, son animadores, camareros, modelos y hasta strippers para poder pagarse un viaje a Italia como recompensa por su temporada; que el equipo técnico y la directiva sacrifican horas y horas para sacar adelante un club sin campo de césped ni plantillas deslumbrantes; y, sobre todo, que ninguno de ellos ha faltado al respeto al rival, reincidencia incluida, para cubrir sus vergüenzas como profesional.

Evidentemente, todo el mundo tiene derecho a equivocarse. El fútbol es lugar de pasiones, calentones y rivalidades, y esos ingredientes no pueden borrarse ni ignorarse. Pero pasado el tiempo, con la cabeza fría, es de caballeros rectificar, y no volverse a guiar por la soberbia de quien, siendo ciertamente superior, no es de ningún modo mejor. He ahí la diferencia. Esa es la distancia fundamental, profunda y abismal que separa a Juan Carlos Rodríguez y a Julián Morales, a nuestra UDB de su Frexnense, y a nuestro Betis de su Madrid.

 

Las anécdotas del partido:

  • Antonio Quini se encaró con la grada del Berlanga al anotar su segundo tanto. A su lesión en la primera vuelta con el mismo equipo se le sumó la tensión del partido. No obstante, supo arreglar su mal gesto y pidió perdón cuando le sustituyeron.
  • "Rui Faria Molina", el asistente de Juan Carlos, fue expulsado de nuevo. A saber qué haría...
  • La victoria ante el Berlanga establece la mejor racha del equipo desde su vuelta a la Primera Regional, con tres victorias consecutivas.
  • La marquesina tendrá que esperar a la temporada que viene para estrenarse totalmente finalizada. Le falta las cubiertas y una grada adicional que aumentará el aforo del Municipal "Francisco Pérez Álvarez".