Las crónicas de la temporada (J 13)

 

Mal de alturas

Según el portal médico netdoctor.es, el mal de altura "es el nombre dado a las reacciones fisiológicas del cuerpo humano, que se producen como consecuencia de la exposición a la baja presión de oxígeno que existe a gran altitud". La Unión cayó derrotada en Guareña sin explicación aparente. Esto tiene su aspecto positivo, porque muchas de nuestras derrotas no han tenido más excusas que el mal juego o el rival de más calidad. Pero nada de eso se produjo el domingo.

La primera parte fue completa, con buen fútbol y con varias ocasiones claras de gol. Quien siguiera nuestra retransmisión por Twitter puede coleccionarlas: Rubio de disparo cruzado, penalti dudoso en el área a nuestro favor, Mora a un metro de la portería, fuera de juego milimétrico con mano a mano claro, ... Y sin embargo, comenzamos perdiendo. Fue en un balón muy bien colgado por el Guareña, de esos que botan en el punto de penalti y que pueden tocar 5 jugadores, pero no toca nadie. En la indecisión, Francis no pudo blocar la pelota, y el rechace quedó franco para el delantero local. Primera ocasión, primer gol (min. 10, 1-0). Puso justicia Rubio en un gol primoroso: ganó la espalda a un central 20 centímetros más alto, fintó al portero y embocó a puerta vacía (min.30, 1-1). Y así llegó el descanso, con la sonrisa de jugar más y mejor que el segundo de la tabla, y con el miedo de saber bien que, también en Primera Regional, quien perdona paga.

La segunda parte comenzó muy parecida, y acabó sin nada que ver. Ismael pudo adelantar de nuevo a su equipo con otro dribling al portero, pero se quedó sin ángulo y sin ocasión. Y después, cola de vaca para la galería del Rubio, otra de Mora que blocó bien el portero, gol anulado por otro fuera de juego dudosísimo, etcétera, etcétera, etcétera.

Llegados a este punto, os preguntaréis, ¿qué hicimos entonces para acabar perdiendo? Pues algo tuvimos que ver, sí. Por ejemplo, perder los últimos 15 minutos de partido, ya con el marcador en contra, a base de protestas, tanganas y entradas a destiempo. El árbitro era malísimo y el resultado injusto, pero saber manejar la presión es también receta de equipos grandes. Y tuvimos, además, una profunda psicosis con cada balón colgado. Cada córner, cada falta lateral, cada volea alta a nuestra área era una bomba de precisión, una ocasión franca para destejer todo lo que hasta entonces habíamos tejido. Y así llegó el segundo (min. 63, 2-1), en un saque de esquina cerrado y con efecto que remató franco el delantero rival.

Ahora toca otro partido decisivo. Visitamos al Vadesa, cuarto clasificado y con 7 puntos de ventaja. Si perdemos, nos descolgaremos demasiado, y nos superaran muchos. Si ganamos, volveremos a pelear con todas las garantías por estar entre los mejores. Convendría, por tanto, medicarse esta semana contra el mal de altura; ese que nos baja la presión de oxígeno cuando vemos un balón por alto, o a medida que ascendemos a los primeros puestos de la tabla. Remedios hay para curarse. En alpinismo, agua, ejercicios y pociones naturales. En fútbol, entrenamiento, confianza y ambición. A por ellos, chavales.

 

Las anécdotas de la jornada:

  • A pesar de que la derrota nos ha hecho caer dos puestos en la tabla, seguimos vivos. 3º y 4º están a 7 puntitos, y falta mucha liga...
  • Contra el Valle de Santa Ana se produjo nuestra primera victoria como local el año pasado, 4-1
  • El Guareña va segundo, tiene 7000 habitantes, un campo de césped natural y otro de tierra, entradas a 2 €... y había 50 personas en la grada...
  • Se acabó la primera vuelta. 7 derrotas y 6 victorias. Cuanto sufrimiento...
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