LA CRÓNICA DE LA SEMANA (J5)

 

Ellos, los árbitros

Hemos hablado pocas veces de ellos, lamentando brevemente sus errores y alabándoles el gusto cuando se mostraban acertados. De hecho, no empezaremos la crónica con ellos, porque el partido tuvo otras muchas cosas interesantes. El Torremejía fue un equipo contundente en la primera media hora, con jugadores corpulentos que, especialmente en el frente ofensivo, creaban y transmitían peligro. El botón de la muestra fue el violento zapatazo del 9 visitante desde fuera del área, que adelantó a los barreños (0-1) sin que David pudiera hacer mucho por evitarlo. Corría el minuto 14 y hasta entonces, no hubo grandes noticias de la Unión.
 
La bofetada sirvió, en cambio, de estimulante. Primeros subimos un peldaño la intensidad y después dos el juego. Ayudó el bonito remate de Quini tras una jugada rápida por banda que enhebraron Fernando Cordero y Julio (1-1). Y comenzó entonces un constante goteo de ocasiones que sólo podía acabar con el segundo tanto del Bienvenida. La elegante jugada previa, taconazo de Quini y centro medido de Chelu incluidos, la embocó Julio con la habilidad que le caracteriza y con una de las partes que parecen poco útiles en el fútbol: la rodilla (2-1). Para frenar la estampida, el Torremejía forzó hábilmente las jugadas a balón parado, siguiendo al dedillo la idea de su entrenador.
 
La segunda parte mantuvo la tónica de la primera, sostenida por un buen centro del campo de la Unión y por delanteros con olfato en el Torremejía. Y entonces, apareció ella. Decimos apareció porque hasta entonces apenas se había notado su presencia. Pero al poco de comenzar el segundo tiempo, y en la misma jugada, dejó sin señalar un plantillazo a Adrián para castigarlo 10 segundos después, en el siguiente balón dividido, con amarilla... a Adrián. Tras segundos de confusión, la colegiada se percató de que era la segunda tarjeta, y mandó al estupendo centrocampista al tunel de vestuarios. Un desbarajuste que exprimió al máximo el Torremejía: en el saque lateral de esa misma falta el balón se paseó por todo el área de la Unión para deleite del extremo rival que, en el segundo palo y viendo el apetitoso esférico que le llegaba, colocó el empate en el marcador (2-2).
 
El encuentro se le fue entonces de las manos a la árbitra (suena mal, pero es correcto según la RAE...) y casi todo lo que pasó después fue un suplicio que no supo resolver. Sólo así se entiende que Javi Barrera se plantara solo ante el portero, fuera zancadilleado, pitara la falta siendo el último jugador... y lo sancionara con una amarilla. Sólo con esa explicación se sostiene que a Juan Iglesias le mostraran su segunda amarilla por coger el balón con la mano... cuando el juego estaba parado. Y sólo así es comprensible que el juez de línea tuviera que hacerse cargo de los últimos minutos ante la sucesión de despropósitos a la que estábamos asistiendo los allí presentes. El bravo empuje de la Unión a pesar de todo, los buenos minutos de Javi Barrera o el excelente rendimiento de los dos centrales unionistas ayer quedaron apagados por la indignación generada en la grada por la joven colegiada. Terminó el partido, el empate dejó más contentos a los visitantes que a los locales, y el domingo será otro día.
 
Pero no debería serlo. Pongamos por delante que desde aquí defenderemos, mientras no tengamos pruebas de lo contrario, la buena fe de los árbitros. La del domingo pudo tener una mala tarde, verse presionada o estar mal asistida. Pero lo criticable, sin centrarnos en nadie y en términos generales, es su escasísima preparación, la nula experiencia, la deficiente forma física, y el mínimo conocimiento del reglamento que muestran en demasiadas ocasiones. Un futbolista, un entrenador o un presidente pueden permitirse esos lujos en esta categoría, básicamente porque su trabajo es desinteresado y lo que algunos cobren les llegará escasamente para la gasolina. Pero el "quilombo" de ayer, como dirían los argentinos, costó al club alrededor de 300 €, incluidas tarjetas de todos los colores, expulsiones y honorarios del trío arbitral. Y cuando uno paga, teniendo casi nada para pagar, debería al menos exigir un servicio mínimamente aceptable; no ya para la Unión, que en otras se habrá visto beneficiado, sino para el fútbol. Esperemos que, al menos, los clubes levanten la voz porque, de lo contrario, apaga... y vámonos.
 
 
 
  • Formó la Unión con David en la portería; Jesús y Josemi Merino, Miguel y Chelu atrás; medular para José Hernández, Fernando Cordero y Adrián; Julio, Quini y Megía arriba.
  • También saltaron al campo Juan Iglesias por Quini (55´) y Javi Barrera por Megía (64´).
  • Parece mentira que tengamos que decir esto, pero por si algún troglodita aún no se ha enterado, en el ADN de una mujer no hay nada que le permita arbitrar mejor o peor. En el de algunos hombres, sí parece que la carga genética no les ha sido favorable...
  • A pesar del empate y de la jornada de descanso, seguimos terceros en la tabla a 3 puntos del Ribereña, que el domingo que viene se enfrenta a nuestros vecinos del CD Usagre.
  • Victorias convincentes de los culebrones de División de Honor, con Rubio (3-0) y Cristian (1-3) de titulares.
  • Os animamos a utilizar el foro y las nuevas encuestas. Nos interesan mucho vuestras opiniones, aportaciones, sugerencias... Y si preferís seguirnos por el móvil, nuestra versión web ha mejorado mucho, ¡echadle un vistazo!