El derbi no fue tan semejante a otros como pudiera parecer. No lo fueron las gradas en cuanto a tensión: el ambiente general fue más relajado que el año anterior, conscientes todos de que los dos equipos están ya asentados en la categoría, y de que el fútbol siempre, más tarde o más temprano, vuelve a dar y quitar oportunidades. Así que los 90 minutos pasaron entre cánticos tranquilos y festivos de ambas hinchadas, que ni siquiera se metieron mutuamente con los "famosos" banderines y las "ilustres" bufandas del año pasado...

 

No lo fue, tampoco, el clima entre los jugadores. A pesar de los numerosos reencuentros, de la clasificación que privilegiaba por primera vez al Usagre, y del peso emocional de todo derbi, no hubo momentos desagradables ni antideportivos por parte de ningún jugador, exceptuando el desafortunado gesto de Megía a la grada local.

 

Y no lo fueron, en parte, los protagonistas. Fundamentalmente, porque la portería local estuvo mucho mejor blindada que el año anterior. Y porque los canteranos adquirieron una dimensión mucho mayor: en el Usagre, con un equipo sembrado de jóvenes entregados a la causa; y en la Unión, con un Miguel Varela imperial en la zaga y unos "corderos" que mejoraron enormemente el rebaño en la segunda mitad.

 

Pero aún así, todo derbi guarda un innegable parecido con el anterior. Si los canteranos tomaron nuevo protagonismo, también lo ejerció un Quini inmenso, ejerciendo de faro vetusto entre tanto adolescente. Llegó muy tocado por una lesión pero Juan Carlos, con buen criterio, decidió que en este tipo de partidos, los líderes deben jugar incluso cojos. Y se pareció también, tensiones aparte, un encuentro tan disputado como de costumbre y en el que peleó Usagre pero intimidó más la Unión.

 

Y eso que comenzó más incisivo el CDU, con un disparo de Sánchez a los 5 minutos de rodar el balón que acabó en las nubes. Pero el centro del campo de la Unión, indiscutible protagonista el domingo, comenzó a asentarse... y a crear ocasiones. La primera la creó Adrián con un buen desmarque que le dejó sólo en el mano a mano, pero un acertado Mona se lo desbarató primero a él y después a Jesús "Calzadilla", que no pudo aprovechar el rechace lateral. La segunda la tuvo Bermejo cerca del final de la primera parte: esta vez salió en falso el portero local y su desbarajuste con la defensa estuvo a punto de aprovecharlo Jesús, al que le faltaron 5 segundos más para embocar a puerta vacía. Tras ellas, un dudoso fuera de juego de Joaquín puso fin a la primera mitad, y dejó un aviso: cualquier despiste puede costar el partido.

 

En la segunda salió apretando el equipo local, pero su gasolina se fue agotando poco a poco. En parte por eso, en parte por un rival compactísimo en defensa, no tuvo el CDU una ocasión clara en los últimos 45 minutos. Juan Carlos acertó en el 11 y en el planteamiento: intensidad y concentración en defensa y salida con cambios largos a los extremos en ataque. La idea, que sacrificó el juego reposado en el centro del campo, impidió las peligrosas contras del Usagre, anuló al estupendo tridente Vicente-Sánchez-Joaquín y puso en aprietos a una defensa que se adelantaba mucho y que se coordinaba poco.

 

Sin demasiadas ocasiones claras, el banquillo resultó decisivo. La saga de los Cordero ejercieron esta vez de lobos que afilaron bien los colmillos del partido. Javier no acertó con la portería pero creó multitud de ocasiones por banda izquierda. Y Fernando, que nació con el escasísimo don de la elegancia, puso equilibrio al centro del campo y siguió las pautas de Juan Carlos: aprovechar las segundas jugadas cuando se adelantara la defensa local. Así llegó, en el último minuto, el gol que desequilibró la balanza: saque botado por la Unión desde la derecha, rechace al centro del campo, defensa hacia adelante del Usagre, despeje de Jesús "Calzadilla"... y llegada desde atrás de Fernando para ejecutar a media altura el remate, y el partido.

 

Después, claro, la alegría en unos y la decepción en otros. Sentimientos multiplicado por tratarse del derbi, pero tamizados ahora porque merece la pena valorar lo realmente importante: que, un año más, seguimos disfrutando juntos de la pasión del fútbol. Y que dure

 

 

• Formó la Unión con David en la portería; Pacheco, Josemi, Miguel Varela y Chelu en la zaga; Adrián, José Hernández y Jesús Bermejo en la medular; tridente arriba para Jesús Calz, Quini y Megía.
• Vieron amarillas Megía (45´), Antonio Quini (83´) por la UDB y Ligero (86´) por el CDU.
• También saltaron al campo Javier Cordero (74´),  Fernando Cordero (76´), Juan Iglesias (86´) y Javi Barrera (90´).
• El mayor protagonismo entre los ex de la Unión lo tuvo... Mona. Muy desaparecido Sánchez, con pocos minutos Ligero y Lolo y no jugaron Javi Canana ni Vinagre.
• Victoria del Diocesano del Rubio, de nuevo titular, y derrota del Don Bosco de Cristian ante el todopoderoso Madrid.
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