LA CRÓNICA DE LA SEMANA: Jornada 6

 

De todo menos fútbol

El colegiado, triste protagonista del partido

 

El fútbol es mucho más que dos equipos en torno a un balón. Pudo ser eso cuando se inventó hace más de un siglo, pero ya no. En otras crónicas hemos hablado de valores, ilusiones y otras abstracciones que forman parte del deporte rey. Hoy toca añadir elementos deportivos concretos que no se ciñen al "tiki-taka": expulsiones, goles fantasma, condiciones meteorológicas, colegiados, aficiones, expulsiones, ... Todo ello estuvo presente el domingo en el Municipal "Pérez Álvarez Rivera". No falto prácticamente ninguno. Pero fútbol, lo que se dice fútbol, poco o nada.
Con todo, el encuentro comenzó bien. A pesar del aguacero que castigaba a Bienvenida durante días, Juan Carlos sacó a un equipo de "jugones", con una defensa bastante ortodoxa, un centro del campo creativo y vertical y una delantera con mucha movilidad. La Unión apretó los primeros minutos y la jugada de tiralíneas del primer gol hacía presagiar lo mejor. Sánchez dibujó un pase preciso para el Rubio, que definió sin despeinarse en el mano a mano. Y en ese preciso e ilusionante momento, acabose el orden y comenzó el caos.
Todo lo positivo que aportaban Rubio y Julio por las bandas, como dos auténticos puñales, se perdía en una parte de atrás desorientada e insegura. Tampoco ayudaron Ligero y Juan desde el pivote, sin encontrar su sitio durante todo el encuentro. Así, medio anestesiado, encajó la Unión tres goles en las tres únicas llegadas del Monterrubio en la primera mitad (1-3). Un rechaze, un disparo desde la frontal y un cabezazo que despertó a un equipo que soñaba placidamente a un paso del liderato.
Tras el descanso, tocó arrebato.Un gol fantasma y dos penaltis no pitados despertaron a jugadores y afición. Fue otra pena máxima, esta vez si concedida y anotada por Antonio Quini, la que sirvió de un revulsivo que un brillante Julio coronó instantes después con el empate (3-3). Entonces, cuando parecía que el equipo había hecho examen de conciencia, un nuevo desajuste defensivo, esta vez de los centrales, puso el 3-4 en el marcador y dejó el encuentro en manos del colegiado. Baste la imagen de dolor de un Rubio lesionado tras patadón rival mientras el árbitro le pedía que se levantara y dejara de tirarse para retratar a un "profesional" sobradamente conocido en nuestro estadio.
En medio de estas trifulcas murió el partido. Un encuentro alborotado que nos dejó a un Monterrubio con varios jugadores sobresalientes (centrocampista y delantero centro especialmente) y a una UDB demasiado irregular para asentarse en la parte noble de la tabla. La voluntad, la juventud y el atrevimiento son argumentos muy positivos para cualquier conjunto. Ahora falta buscar el equilibrio para dar el salto adelante: veteranía, concentración y solidez serían un buen complemento.

 

Las anécdotas del partido:

  • ¿Qué me dicen del nuevo aspecto de las gradas? Por mi parte, sólo dos palabras: espectacular y gracias.
  • El Ligero y El Rubio (¿¿quien pone los motes a los chavales??) se retiraron con sendas lesiones. La del de Usagre parece poca cosa; la del canterano, esguince de grado 2 y un mes sin tocar balón: ¡ánimo!
  • Entrada bastante aceptable en el Municipal Francisco Pérez Álvarez "Rivera", teniendo en cuenta el temporal. La marquesina se ha estrenado en buen año...
  • La irregularidad de la UDB se plasma en un dato estadístico de sus seis encuentros. Victoria-derrota-victoria-derrota-victoria-derrota. El domingo que viene toca ganar...